lunes, 27 de octubre de 2008

Un rayo de sol uo-oh-oh...!!


Hacía tiempo que no lo pensaba, pero estoy muy lejos de casa. Físicamente también, pero creo que mentalmente más, porque es verdad, que si quieren hacerte creer que todo va bien, lo consiguen. En realidad va todo bien, pero cuando tienes a alguien "de casa" aquí, te das cuenta de que te estás perdiendo un montón de cosas. Buenas y malas, por supuesto. Y claro que no se puede estar "en el plato y en las tajás", pero parece como que te falta un trocito de todo eso que te cuentan. Aquí las noticias llegan por teléfono, y no a todos les llegan todas. Luego, cara a cara, se reciben todas de golpe. Todo lo que ha sucedido en un mes en casa, te lo cuentan en cuestión de 10 o 15 minutos. Para ellos, en cuentagotas, conforme van sucediendo, conforme va cambiando cada pequeño detalle lo van viendo. A ti te llega todo junto, agitado, no mezclado, pero todo junto. Y en realidad lo agradeces, es como volver a casa. Cada detalle que te cuentan te sitúa en el lugar y en el momento en que ha sucedido. Por supuesto entre comillas, porque no has estado ahí y siempre te pierdes algo, pero aun así, te sientes en casa cuando oyes hablar de los tuyos a esa velocidad.
Vamos que aquí vives como en una nube. Aquí pasan las cosas al margen del resto del mundo. Casi no llegan noticias del resto del mundo, y las que llegan están distorsionadas, por supuesto, a favor de los que mandan aquí. LLegas un día y empiezan a pasarte cosas raras, cosas nuevas, cosas frikis, cosas y más cosas que ya he ido contando por aquí y por allá (teléfono..jeje). Y poco a poco tu vida se establece aquí, ahora eres como eres aquí, y haces ese tipo de cosas que se hacen aquí. Y no te das cuenta, pero te transformas, cambias, evolucionas o involucionas (según te dé). Esto es como un Gran Hermano, lo he dicho muchas veces, a juzgar por lo que opinan los excéntricos concursantes de dicho "reality". Que si aquí todo se ve de forma diferente, que si no entras en este mundo no sabes lo que es, que hay que vivirlo, que es una experiencia única, que si aquí todo se magnifica...etc...Pues sí, aquí, todo es así, absolutamente todo adquiere nuevas dimensiones, lo ves todo desde otra perspectiva, y la distancia ayuda a darse cuenta de muchas cosas sobre uno mismo y también sobre los demás, los que están aquí y los que se quedaron allí.
Pues este fin de semana pasado vino mi hermana y su ragazzo, jeje, de visita. Sólo due giorni. Pero due giorni que para mí han sido como un rayo de sol atravesando kilómetros y kilómetros de nubarrones. Ha sido un trago de agua en medio del desierto, un cigarrillo el tercer día después de dejarlo, una sopica caliente cuando tienes frío....Vamos...Sangre fresca, una transfusión. Quizás sea porque ha sido la primera visita que he recibido estando aquí, y espero que no sea la última, por cierto. Pero de verdad que me ha encantado, se me ha pasado volando, me he divertido muchísimo y claro, me ha sabido a poco. Y además vinieron cargados de cosas mías, cosas para mí y, por supuesto de noticias cotidianas, que para mí son absolutamente primicias. En fin, que ha sido un fin de semana de lo más enriquecedor. Extrañísimo, porque se han mezclado de alguna forma mis "dos vidas", pero realmente bonito.
Muchas gracias ragazzi...Sois los mejores. Os quiero!!!

jueves, 23 de octubre de 2008

La primera


Hoy, por primera vez ha habido una despedida ente los Gran Hermano. Los españoles de Cesena. N. y R. se van dentro de media hora camino de Milano para coger su primer avión a España desde que estamos en Italia. Para ver a sus chicos, a su gente y todas esas cosas... Pero me ha dado pena, porque se van una semana. Y en una semana se nota el hueco, y mucho. Desde el sábado Blind suena distinta, con la sonrisa de N. mirándome en la discoteca porque sólo nosotras conocíamos la canción. Mientras, la dulce R. intentaba sobrellevar su tremenda borrachera como mejor sabía. Así que nada, una semanita con un pequeño vacío en nuestras "vidas-en-Cesena" y por supuesto, en el Hostal. Pasadlo bien, chicas, y volved con ganas, que esta falta hay que compensarla...
No quiero pensar cuando llegue la hora de despedirnos todos en diciembre y/o en julio.
Buonanotte e arrivederci ragazze.
Mile baci

martes, 21 de octubre de 2008

La economía de las cosas

"Todo lo que suscita el deseo de visitar un lugar del mundo ya sea una ciudad, una región o el delta de un río. Todo lo que nos provoca las irresistibles ganas de ir allí de vacaciones, de probar su cocina o entrar en los lugares de culto; de aprender la lengua o reconocer al menos algunas palabras; de caminar en sus campañas, entrar en las tiendas, vagar por los mercados, visitar los museos, descubrir los restaurantes y los sitios que los otros no conocen; encontrar toda esa gente diferente a nosotros, y llevarse el recuerdo. Todo eso está en un libro."

A los pocos días de llegar a Cesena, S. y yo coincidimos en algo. Necesitábamos leer. Un libro cualquiera, para conocer mejor el idioma, para ayudarnos a aprenderlo, pero sobretodo, para leer. No he dejado de tener ese "monillo" desde que llegué aquí, con la maleta vacía de ese tipo de peso. Poco después ella encontró este texto en alguna revista gratuita repartida por las cajas de algún supermercado y lo guardó porque le gustó mucho. Yo, cada vez que lo leía, tenía más ganas de leer. Por fin me lancé y me fui a mi cafetería-librería favorita (lo de favorita sobra, ya que sólo hay una, pero precisamente por eso, es mi favorita). 16 euros, L'economia delle cose de Elena Varvello- Fandango Libri. Tenía ganas de leer algo italiano, no un best seller americano traducido. Este es un libro pequeño, corto, pero que te hace reflexionar sobre algunas cosas aparentemente triviales de la vida de cada uno. Había estado sentada con él y con otros 5 más en una mesa del Eros (la cafetería), tomando un capuccino y fumando algún que otro filtro, a la sombra de un gran árbol en una preciosa mañana soleada y bien aprovechada. Leí al azar un par de páginas de cada uno de ellos, y me quedé con este, precisamente porque te hace pensar sobre temas que, casualmente yo ya había estado pensando estos días. "La economía de las cosas" evidentemente no hace referencia a nada que tenga que ver con la economía de los mercados de divisas, sino al valor que cada uno le otorga a todo cuanto le rodea. Ahora un poco por el idioma, y otro poco porque hasta que no pasen dos meses no voy a poder comprar otro libro, lo estoy leyendo muy poco a poco, lo desgrano un poquito más cada noche. Me acompaña. Lo quiero como quiero a todos mis otros libros, pero con un poquito más de cariño, porque es el primero que me he comprado aquí, y me sirve como icono para señalar en mi vida esta pequeña nueva etapa que está empezando.

"...e allora, seduti nella vecchia cucina-vecchi pensili de legno plastificato, vecchie tendine a fiori cucite un secolo prima dalla mamma, quando ancora cucinava-alzeremo lo sguardo, da un capo all'altro del tavolo, i posti abituali di una vita intera di colazioni e pranzi e cene, entrambi abbandonati per sempre al fatto d'esser rimasti soli, davanti a una tazza di caffe annacquato e tiepido, perchè è questo che dovrebbe succedere, e uno dei due dirà, rompendo il silenzio, non ti preoccupare. Faccio io. Ci penso io."

Trad: "...Y entonces, sentados en la vieja cocina - viejos armarios de madera plastificada, viejas cortinillas de flores cosidas un siglo antes por la mamá, cuando todavía cocinaba - alzaremos la mirada, de una punta a otra de la mesa, los sitios habituales de una vida entera de desayunos, comidas y cenas, ambos abandonados para siempre al hecho de habernos quedado solos, delante de una taza de café aguado y templado, porque es esto lo que debería suceder, y uno de los dos dirá, rompiendo el silencio, no te preocupes. Lo hago yo. Me ocupo yo."

domingo, 5 de octubre de 2008

La princesa de la trenza con cuentas de colores


Cesena me da pistas de que esconde algo. Siempre lo he pensado. A parte de las cosas que hay para los turistas y los erasmus (jeje), hay cosas que no te cuenta. Que no se ven a simple vista, que están escondidas. Por toda la ciudad sientes que te observan, no sabes si son personas, aves (que hay muchas) o cosas. Sí. Cosas. Y aquí va una pequeña muestra:

"Érase una vez... Una familia que vivía en un pequeño pueblo del norte de Italia. El papá trabajaba como maestro en la escuela, y la mamá era costurera. Tenían una niña pequeña. Tan pequeña que todavía era una niña buena. Tenía la mirada viva, el pelo largo y negro con una coleta que le salía desde la nuca, y alguna mecha suelta que le caía por la cara y le daba un aire travieso, pero no le molestaba, a pesar de que mamá siempre se las apartara. A la niña le gustaba quedarse con mamá en casa en verano por las tardes. Le gustaba que le enseñara aquello tan difícil que hacía, y mamá se las arreglaba siempre para que la niña participara de su labor y acabara sintiendo que el resultado final era obra suya. Un día llegó el abuelo de la niña de visita a su casa. Los veranos eran época de descansar y al mismo tiempo de aprovechar los días de buen tiempo para visitar a la familia. A la niña le encantaba estar con su abuelo. Aunque lo veía en contadas ocasiones, porque no vivían en el mismo pueblo, siempre que se encontraban, él la sorprendía contándole cuentos antiguos de la región donde vivían, leyendas, e historias, que bien podría estar inventando, porque ella sólo se las oía contar a él. En cierta ocasión, ese mismo verano, pero un par de meses atrás, le había contado la historia de una princesa que tenía el pelo negro y largo como el suyo, y que llevaba una trenza con cuentas de colores ensartadas en el pelo que le recorría toda la espalda. El abuelo había exagerado la belleza de aquella princesa, y en todo momento la había estado comparando con la de su nieta, por lo que a ella le encantó aquella historia. En realidad la niña nunca volvió a recordar el argumento del relato, pero al mismo tiempo no dejaba de imaginarse cómo sería ella de mayor, y si en alguna ocasión llegaría a ser tan bonita como la princesa de su cuento. Desde el momento en que su abuelo se lo contó, la niña se dedicó por entero a cuidar sus cabellos cepillándolos a diario, y manteniéndolos limpios y brillantes. Mamá estaba encantada, porque por una vez, las mechas no le caían en la cara, y su imagen de niña buena se reforzaba cada vez que la niña sonreía (que era bastante a menudo, por cierto). Y entonces, decía, llegó el abuelo de visita a la casa. Pero esta vez no quería quedarse, sino llevarse a la niña de excursión a visitar algún pueblo de los alrededores. Así que mamá le puso a la niña sus botitas de ir al campo, unos pantalones cómodos, su camisa blanca con florecitas bordadas en los puños por ella misma, y una chaquetita roja y finita, por si refrescaba un poco. El abuelo tomó la mano de la niña, y se fueron a coger el autobús. El viaje fue tranquilo, y la niña estaba expectante porque no sabía hacia dónde se dirigían. Pero el abuelo mantenía una sonrisa amable cuando la niña le preguntaba, y ese gesto de complicidad le bastaba para adivinar que fuera donde fuese, le iba a gustar. Entonces llegaron, pero todavía tuvieron que caminar un poco más hasta llegar a un parque lleno de árboles, y con más aspecto de bosque que de parque. Se adentraron en él de la mano, el abuelo en silencio concienzudamente creando un halo de misterio a su alrededor, y la niña en silencio, porque pensaba que si hablaba o si decía alguna de las mil preguntas que le rondaban la cabeza, se rompería el hechizo en el que estaban inmersos. Así que levantó la vista un momento y vio delante suya y rodeada de vegetación, una escalera de piedra que no se sabía hacia dónde subía. El abuelo se detuvo ante ella, y entonces se arrodilló y se quedó a la altura de la niña. Le tomó la mano, y se la mantuvo abierta con la palma hacia arriba. La niña se quedó mirando la palma de la mano y el abuelo le pidió que cerrara los ojos. Entonces le puso algo en la mano. Algo áspero, como un bulto que la niña no acertaba a adivinar qué era. Le cerró el puño y le pidió que lo guardara hasta que él se fuera por la noche. La niña lo quiso meter en algún bolsillo, pero se dio cuenta de que no tenía ninguno, así que lo metió como pudo en una de sus botitas. Subieron las escaleras, y ante ellos apareció un castillo medieval enorme formado por dos torres y una muralla. El abuelo le explicó a la niña que en una de esas torres vivía la princesa de su cuento, que esa había sido la residencia de su familia desde hacía siglos. A la niña le temblaban las piernas, porque por primera vez estaba viendo con sus propios ojos algo de lo que su abuelo le había hablado anteriormente en sus historias. Tal vez no fueran tan mentira como ella pensaba. Le invadió una sensación de protagonismo, se había identificado tanto con la princesa, que no podía dejar de pensar que aquél era su castillo. Se imaginaba dentro de aquella torre mirando por la ventana y acariciando su hermosa cabellera negra llena de cuentas de colores mientras debajo, algún caballero le expresaba su amor utilizando a un juglar para esos quehaceres. Rodearon las dos torres caminando por encima de la muralla, luego bajaron para ver las torres desde una perspectiva más baja y cercana. Donde todavía se magnificaban más las dimensiones del castillo. Entonces la niña vio por la ventana una silueta, y quiso acercarse, pero su abuelo se lo impidió cogiéndola del hombro. Pero ella se escapó corriendo y tropezó con una piedra oculta en la pequeña maleza que había crecido durante años en aquel recinto. Se incorporó como pudo, y se dio cuenta de que se había hecho daño en una rodilla, así que el abuelo la tomó en brazos, y la sacó de la muralla, llevándola de vuelta al autobús, con el que llegarían de nuevo a casa, con mamá y sus labores. Papá se encargó de curarle la herida, ducharla y ponerle el pijama para llevarla a la cama. Una vez allí, el abuelo entró y le dio un beso de buenas noches. Se despidió de ella con un guiño y cerró la puerta. De repente la niña se acordó de lo que su abuelo le había dado esa tarde. Se levantó de un salto de la cama y se fue corriendo a buscar sus botas. Pero en las botas no había nada. Ni rastro del pequeño bulto que había tenido en su mano y en su tobillo durante toda la tarde. Recordaba que le había raspado la mano y la pierna con el tacto áspero que tanto le había molestado al cerrar el puño. Se sintió defraudada consigo misma. Sabía que lo debía haber perdido al escapar de la mano de su abuelo para dirigirse hacia lo que ella había pensado que sería "su princesa". La caída debió moverle un poco las botas y el bultito debió escapar sin que ella se diera cuenta. Entonces sonó el teléfono. Oyó a mamá hablar con el abuelo, y luego tocó la puerta para pasarle la llamada. No quería. Estaba temblando. Había perdido su regalo... Pero mamá insistió, y al final con un hilillo de voz a punto de echarse a llorar, contestó al teléfono. La pregunta del abuelo sonó como una bomba en su cabeza. "¿Te quedan bien las cuentas de la princesa en tu bella cabellera?"

Hoy he ido a visitar la Roca Malatestiana. Y estando en el recinto que está rodeado por la muralla, me ha dado un pinchazo en el pie, y me he agachado para tocarme el tobillo con el fin de aliviar un poco el dolor. He mirado al suelo y he visto una bolsita, como de tela de saco, de tacto áspero, y cerrada con un hilo de algodón con varias vueltas y un par de nudos. He pensado de todo, primero que era un ambientador, luego que era droga (yo siempre tan positiva...¬¬), y al final casi me rompo los dedos para desatar esos nudos diminutos. Y cuando he conseguido deshacerlos... me he encontrado con las cuentas de colores de la trenza de la larga cabellera de la princesa del castillo.

¿Lo veis como Cesena esconde secretos?

Técnico superior en Integración social


Vengo de mi primera fiesta Erasmus. Son las 4 de la mañana aproximadamente y hoy puedo decir (por mí misma) que soy una persona sociable. Creo que seríamos cerca de 60 o 70 personas y ha sido un poco extraño. El lugar tenía las luces encendidas y pinta de taberna de poca monta. Nosotros hemos conseguido que nos dejaran las cañas a 2.5 € y los tercios a 3.5. Es caro, sí, pero para ser Italia, es muy poco. Así que nos hemos metido en ese antro de paredes encaladas y vigas de madera pintadas de rojo putón después de celebrar un poco el cumpleaños de Dani (otro día explicaré quién es Dani, si procede). Dentro, "rocanrol" del bueno y cervezas en la mano de cualquier chica rodeada de moscones, italianos en su gran mayoría; y fuera lo mismo, pero con humo... A las 2 cerraba el local y a las 2.05 estaban los Carabinieri en la puerta llamándonos la atención para que nos fuéramos a nuestras respectivas casas (lujo del que no todos disponen...dicho sea de paso). Así que hemos hecho caso a su "propuesta" unos 40 o 50 minutos después y nos hemos vuelto por donde habíamos venido. Todo esto viene porque HOY me considero una persona sociable. Al principio me sentía fuera de lugar, porque todo el mundo estaba ligando y a mí no se me acercaban ni los feos...ni las feas... Hasta que una chica (con la que había cruzado un par de palabras en la "fiesta de Dani") me ha mirado desde la otra punta de la barra, y me ha hecho un gesto para invitarme a una cerveza. He aceptado (porque no tenía mucho dinero y la chica me había caído mu bien), hemos estado hablando, mu maja, por cierto, y he acabado hablando con TOD@S l@s que estaban dentro, y después con TOD@S l@s que estaban fuera del pub/bar/local/antro (menos con los Carabinieri, of course). Me ha gustado esta noche. Luego Luis me ha pintado mi nombre con un Edding en el brazo derecho, y me ha dibujado una seta en el izquierdo (ya explicaré lo de la seta, porque esto sí procede). Total, que he llegado a casa mojándome porque acaba de empezar a llover, y habiendo hablado con todos los que me faltaba por hablar (de "los míos"). Definitivamente hoy he conseguido el título, jeje. Alguien ha quitado de mi mente mi candado antisocial, y me ha hecho ver la fiesta con otros ojos...con los de la persona que disfruta entre moscones y babosos, básicamente riéndose en su cara de ellos...Que para eso están (o no?). Y ahora me voy a dormir, que ya toca y mañana tengo algunos compromisos. Ale, ahí queda eso. Buenas noches, y buena suerte feonautas (jajaja)

Cesena experience...


Hola holita y perdón por el super retraso. No es culpa mía, sino de esta página imbécil que se me cuelga siempre (me estoy planteando cambiar de url). Bueno, como ya he escrito más de 20 veces (aunque no se haya visto aquí...), Cesena es pequeña, bueno, más bien achatada. Edificios bajitos y extensa en terreno. Tiene unos 90.000 habitantes y pertenece a la región de la Emilia-Romagna. Esa es la ficha técnica, pero para mí, Cesena son sus callecitas del casco antiguo empedradas, Cesena es el crepitar de las hojas secas cuando pasas sobre ellas con la bici, y ese ruidito cuando pasas a más velocidad sobre montoncitos de hojas más grandes, que casi parece que estés friendo un huevo o algo. Cesena también es mi futuro más próximo, mis planes nuevos, mis clases en italiano, mis nuevos compañeros, mi primera vez compartiendo piso con gente que no conozco...y mi primera vez lejos durante mucho tiempo de gente muy muy importante.

Ya lo tengo todo preparado. El día 22 me piro a esas tierras, y cada día duermo menos y sueño más cosas raras...

En fin...y aquí una pequeña viñeta de mi favorito-forges, que me hizo mucha mucha gracia cuando estaba de papeleo en enero, y que ahora (8 meses después), me hace todavía más, porque sigo como el chavalico de los papeles.

AAAyyyyyyyyyyyy...........!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Lo peor que puedes hacer cuando tienes cosas por hacer, es ver que alguien en tu misma situación ya las tiene hechas. Pablo se iba a Turín de Erasmus, y ya se ha ido, y en coche, y ha puesto fotos en su blog de su casa y de la zona donde vive....

Me estoy poniendo nerviosiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiitaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa..................

Me está entrando el canguelo....

En fins....voy a seguir currando, que si no no hago ná

Hasta mañana feonautas...jajajaja

Pereza


Qué pereza me da, con el calor que hace, ponerme a terminar de recoger mis cosas y ponerme a hacer la maleta... El lunes me voy a Cesena, a buscar piso para estar allí en septiembre, y bueno... Porque me hace mucha ilusión ir viendo ya la ciudad en la que voy a vivir (por pequeña que sea...). Así que nada, me despediré de La Santa (com Déu mana), i "le pediré" para que no me pase ná el próximo curso...Que ya tengo a media familia rezando por mí, pero se ve que no es suficiente... Que yo también tengo que "pedir", y por pedir...que no quede. ¿De verdad pueden pasar tantas cosas malas?... Yo creo que si tienes un poquito de ojo, y te andas con cuidado y decisión (para no parecer un alemán en Benidorm), no tiene por qué pasar nada malo... Y si pasa, que no sea muy malo, ¿no?. Lo que no voy a hacer es ponerme un equipaje con chaleco antibalas, espray de pimienta antivioladores, ni me voy a apuntar a cursos de defensa personal "por lo que pueda pasar". Confío en mi buena estrella, y sé que no me va a pasar nada. Nunca me ha pasado nada, con la de cosas que me han podido pasar... Así que pa’lante, como los de Alicante, y a disfrutar... que nueve meses no es nada.

Calentando motores. O poniéndome a remojo (que diría my mother)


Buenos días. Hoy he decidido que va a empezar el período de preparación para TODO lo que tengo que hacer antes de irme a Cesena. Seguramente que este arranque matutino, me dure lo que un cigarro ("la entrá per la ixía"), pero bueno, el caso es que por lo menos ya lo he verbalizado y es hora de ir poniéndome a remojo para septiembre. Ya me ha llegado una "invitación" de mi querida UMH para que me matricule para el próximo curso el día 16 de septiembre, y me ha desesquemado los esquemas porque yo pensaba irme el día 19. El problema es que con tres días de margen entre una cosa y la otra, no voy a tener tiempo de solventar las irregularidades que tan regularmente surgen en el proceso de matriculación. Así que tengo que aplazar el viaje una semanita... Con lo que oficialmente hoy faltan exactamente 2 meses para irme....(Ay mare!!!!)

Otra de las cosas que tengo que hacer, y que me hubiera gustado tener ya hecha (simplemente porque me da pereza la burocrásia), es solicitar la ayuda que da el ayuntamiento para los que nos vamos de Erasmus el próximo curso. No voy a hacer ningún comentario sobre la concejalía de juventud, pero vamos...que me piden un papel que hasta septiembre no puedo tener, amén de muchos otros de dudosa relevancia para el asunto en cuestión.

Y por último, la maleta, bueno no, mejor LA MALETA. Dios....qué pereza (o mejor...qué miedito...) Mi armario me mira, yo lo miro a él, miro todo lo que hay en mi habitación ahora mismo...Llevo 2 semanas vaciando cajones, armarios, y demás mobiliario-almacén que tengo en el cuarto... Y parece que no tiene fondo. (Yo estoy segura de que no lo tiene)

Y en medio de todo este jaleo de papeles, trabajos, exámenes, libros, fechas, aviones, ropa, maletas, ropa por comprar, y demás familia... estoy atacá.

Y dice mi madre: "y no te da pena irte?".... Pues sí, mamá, me da mucha pena... Pero digo yo que tendré que irme, no?, porque si no, no sé por qué narices me he enredao de esta manera en todo este berengenal..."Dónde vas a estar mejor que aquí..."... Pues eso digo yo...Con lo bien que se está en casita...